La nave de los locos de Hieronymous Bosch (II)
Un personaje participa en otro juego de cucaña: intenta descolgar un ganso asado que alguien ha atado al extremo del árbol-mástil, justo bajo el estandarte. La bandera nos da una nueva pista sobre la naturaleza de los viajeros. Se trata de la oriflama de los lunáticos; el símbolo de la media luna, que tanto sirve para designar al infiel como al loco. En los carnavales holandeses, los carros de los dementes eran adornados con este símbolo.
La tabla completa transmite un cierto aire carnavalesco, seguramente inspirado en el folklore flamenco de la época. Las cabalgatas de carnaval incluían carros cargados con los locos de la ciudad, mostrados así para provocar el jolgorio del público. Existía además una famosa cofradía carnavalesca, llamada "la barca azul", muy celebrada por literatos y pintores. Observemos un nueva posible referencia al periodo del carnaval: si en un mástil está atado un ganso asado, alimento de carnaval, en el otro está colgado un pescado, alimento de cuaresma. Nos quedamos con la posibilidad: el Bosco colgó demasiados pescados en sus cuadros para dar completamente por cierta esta idea.
El recurso al mástil en forma de árbol aparece recursivamente en alguna tabla y en los dibujos del Bosco. No se trata, en cualquier caso, de una innovación iconográfica de este autor. Observemos este grabado ilustrativo de una Nave de los Locos:
Tenemos a dos locos remando y al arbol de la ciencia en función de mástil, con Lilith enroscada tentando a la mismísima Eva y a Adán embobado con lo que le está contando su señora.
He reservado un elemento para el final de esta nota. El buho medio escondido entre unas ramas de avellano en la parte superior de la tabla. Se trata, en efecto, de un objeto disonante. En el equilibrio compositivo de la tabla, aun teniendo en cuenta que se trata de un cuadro mutilado, las ramas atadas a la parte superior del cuadro rompen el equilibrio triangular de la composición. ¡Si pudiéramos ver la pieza completa! Lo que parece completamente seguro es que las ramas de avellano y el buho son añadidos posteriores, no están pintadas del mismo modo ni con los mismos colores. No sabemos si fue obra del propio Bosco o de alguno de sus discípulos.
Estudiemos este dibujo, también conservado en el Louvre y que parece una reproducción muy aproximada de la escena original:
Cierto que el dibujo no es exactamente igual, pero si es lo suficientemente cercano como para pensar que fue tomado a la vista de la pintura original.
En este mástil no está ni el buho ni las ramas superiores. ¿Porqué lo añadirían? ¿Se trató de un capricho decorativo o, por el contrario, añade algún significado al cuadro? Desgraciadamente el Bosco pintó en sus cuadros muchos buhos y en diferentes contextos como para asegurar un significado. El buho fue símbolo de sabiduría, de vicio, de locura y de herejía. Aceptaré, para este caso, la hipótesis del buho como símbolo de la locura. Pero no aceptaremos una imagen plana de esta locura, le añadiremos intención, como intención tuvo añadir el ave al cuadro.
Pensemos en nuestro buho como una representación de Tyl Uylenspiegel (Tyel el Buho del Espejo) -¡lástima que no veamos ningún espejo en el cuadro!- Este personaje de ficción funcionaba como una válvula de escape en una sociedad enormemente reprimida por el poder y la religión como era la centroeuropea de la época. Al igual que en carnaval se rompen las distancias de clase y los pobres pueden reirse de los poderosos, Tyl Uylenspiegel es un loco que, por su condición, les puede cantar las verdades a estos poderosos en sus propias barbas. Quiero pensar en el Bosco como un pintor que nunca perdió la compostura pero que también fue capaz de ironizar sobre las contradicciones de su tiempo, que fueron muchas. Su buho, sus locos, su carro de heno, su jardín de las delicias pueden ser el Tyl Uylenspiegel de la pintura flamenca de finales del siglo XV, una denuncia simpática, aparentemente alegre, superficial y digerible por el poder de las injusticias.